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En el paisaje industrial, el término Pequeña Grúa no se refiere a un equipo ligero o no crítico. Más bien, describe una clase de sistemas de elevación esenciales, permanentemente instalados, diseñados para manejo de materiales de alta frecuencia y localizado. Aunque pueden ser de menor escala que las grandes grúas pórtico o portuarias, estas máquinas son la columna vertebral de líneas de producción, talleres y celdas de montaje, manejando cargas de 500 kg a 20 toneladas de manera rutinaria.
Esta categoría incluye equipos críticos como:
El papel innegociable del freno del polipasto
Aunque la grúa en sí pueda considerarse “pequeña”, la energía potencial de una carga suspendida es inmensa. En consecuencia, el sistema de frenos en el polipasto de una grúa pequeña es, con diferencia, su componente más crítico. En prácticamente todos los polipastos eléctricos modernos, el freno principal de agarre y seguridad es un freno de motor integrado y a prueba de fallos.
Esto no es un simple freno; es un dispositivo de seguridad diseñado con una función específica:
El término “Pequeña Grúa” oculta la función de seguridad crítica que realizan estas máquinas. Su capacidad para manejar cargas pesadas de forma segura y fiable no es una función del motor ni de la caja de cambios, sino del freno robusto y a prueba de fallos integrado en el polipasto. Este componente pequeño pero vital proporciona la garantía definitiva contra deslizamiento de la carga o caída catastrófica, convirtiéndolo en el corazón del sistema de seguridad de la grúa.